La tortilla, al igual que el huevo, está muy extendida por diversas culturas y viene a ser un comodín utilizado tanto como receta individual, así como para integrarlas en otras elaboraciones; y no es un alimento que tenga una hora determinada para su consumo, ya que se suele utilizar desde los desayunos hasta la cena; de hecho, ¿quien no se ha tomado un buen bocadillo de tortilla en una merienda alguna vez?
En nuestro país destaca la tradicional tortilla española, que al ser una receta muy apegada a las costumbres, de base familiar y local, tiene numerosas variaciones; hay donde se prepara simplemente con huevos y sus correspondientes patatas, existe la controversia de si añadirle cebolla o no, de si esta última se incorpora cruda o bien confitada, también se le suele añadir pimiento y por supuesto una característica que la puede diferenciar es incorporarle chorizo; como siempre os digo sobre gustos hay donde escoger.
Pero últimamente y en aras a conseguir una receta mas ligera y menos calórica, se han ido incorporando a nuestra receta tradicional otro tipo de verduras y también formas de prepararla.
Si optamos por la receta tradicional, con o sin cebolla, y queremos rebajarle el aporte de aceite, tenemos la opción de cocinar las patatas y la cebolla al microondas, para ello debemos cortarlas en rodajas bastante finas, incorporarles la sal y un par de cucharadas de aceite y en un recipiente adecuado ponerlas en el microondas a máxima potencia durante unos 8 minutos, pasado ese tiempo las removemos un poco y volvemos a ponerlas de igual forma y tiempo, una vez acabado, las ponemos a escurrir para eliminar el agua que hayan soltado, a partir de ahí seguiremos con la receta tradicional; de igual forma hay quien las preparar al vapor, en este caso y para que finalmente adquieran la textura adecuada, se deben saltear un poco antes de incorporarlas a los huevos, para ello podemos utilizar la propia sartén donde vayamos a preparar la tortilla.
Y como decía antes, también le podemos añadir para hacerla mas ligera, otras verduras como calabacín o berenjena, que antes debemos pasar por una plancha o hacerlas al microondas, una judías verdes que debemos cocer antes o incluso unos ramilletes de coliflor o brocoli, que también debemos cocer previamente.
La tortilla así mismo, y olvidándonos un poco de la cantidad de calorías o grasas añadidas, y una vez terminada su elaboración, nos da la posibilidad de rellenarla o cubrirla con otros ingredientes, como por ejemplo unas lonchas de jamón tipo York y de queso, unos pimientos fritos, atún en conserva o una menestra de verduras; y como cobertura, salsa de tomate, mayonesa o bechamel y/o queso rallado, en este ultimo caso tenemos la opción extra de gratinarla, de esta forma convertiremos a la humilde tortilla en una presentación muy festiva y completa.
En cuanto al cuajado de la tortilla, como no, también existen discrepancias; hay quien la prefiere poco hecha por dentro y por otro lado quienes la quieren bien compacta y uniforme, esto claro está, aparte de gustos, puede ser una cuestión de higiene alimentaria, ya que cualquier tipo de bacteria que pudiesen contener los huevos, quedarían eliminadas con una cocción completa y por lo tanto la tortilla mas cuajada, daría mayor seguridad a la hora de su consumo.
La tortilla, y sobre todo la española es un buen comodín para utilizarla en todo tipo de celebraciones y comidas informales, y si podemos conservarla debidamente, para llevarla a nuestras salidas y excursiones (campo, playa, parques, etc.), es una receta que por su facilidad de elaboración y el precio de sus ingredientes, resulta una opción muy interesante para cumpleaños infantiles, bien sirviéndola tal cual o incorporándola en pequeños bocadillos o emparedados.
Y por último las proporciones, es una de las pocas dificultades, junto con darle la vuelta, que puede tener su elaboración, ya que ni todos los huevos tienen el mismo tamaño y peso y mucho menos las patatas, un pequeño consejo es pesar las patatas una vez peladas y calcular aproximadamente un huevo por cada 100/150 gramos de patata o resto de ingredientes y para calcular la cantidad de sal necesaria, yo también uso un pequeño truco, que no es otro que añadir un pequeño pellizco sobre cada yema, de esta forma es como si estuviese salando una tortilla de un solo huevo.
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