Según la pirámide de alimentos actualizada, estas se encuentran divididas en dos grandes bloques, el primero lo comprondrian las llamadas carnes blancas donde se encuentran el conejo y el pollo como especies principales y casi el resto de aves con alguna excepción como el pato; estas entrarían dentro de los alimentos de consumo diario, alternándolas con el pescado, las legumbres y los huevos, por lo que no pueden faltar en nuestro menú semanal.
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Pollo guisado con verduras |
En otra escala distinta se encuentra el otro grupo de carnes calificadas como rojas, entre las que están la ternera, el cordero y el resto de carnes de caza; también se incluye en este grupo la carne de cerdo, aunque su inclusión está siendo algo discutida y existen informes que la relacionan mas con las carnes blancas, sobre todo los cortes que contienen menor proporción de grasa. En este caso su consumo es opcional y ocasional, ya que sus nutrientes pueden ser sustituidos casi totalmente por otros grupos de alimentos.
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Carrilleras en salsa |
De lo que debemos prescindir en la medida de lo posible, es de las carnes muy procesadas como por ejemplo las sometidas a procesos de embutido, salazón o conserva, ya que por los condimentos que se le suelen agregar, las hacen menos aconsejables y no aumentan en nada los beneficios que nos pueden aportar en su versión mas natural.. Dicho esto, hago una mención especial para el jamón serrano, principalmente el de raza ibérica que si lo consumimos de forma moderada, si que puede ser considerado como un alimento saludable, porque su curación es totalmente natural, sin mas conservante que la sal, que la suele tomar en su justa medida.
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Albóndigas en salsa |
El consumo moderado de carne es bastante beneficioso para nuestra salud, nos aporta vitaminas, proteínas y minerales, la forma de prepararla influirá también en el grado de beneficio que nos pueda suponer, está claro que una buena carne asada al horno o parrilla, será siempre mas saludable que una preparación frita o con salsas de alto contenido calórico como nata o mantequilla.
Siempre que consumamos algún tipo de carne, debe estar acompañada y complementada por una buena ración de verduras y hortalizas, que debe suponer al menos el doble que la ración de carne que se sirva, a esto podemos contribuir si las carnes las cocinamos junto a las verduras que además le aportaran mas jugosidad y realzaran su sabor.
En los guisos de legumbres también podemos incluir algún trozo de carne, pero teniendo en cuenta que con las legumbres ya estamos aportando proteínas de origen vegetal, por lo que deberíamos aumentar el consumo de verduras de acompañamiento.
En cuanto al punto de cocción de las carnes, y como he comentado ya en varias entradas anteriores, dependerá de los gustos y costumbres de cada cual, pero hay alguna regla básica que deberíamos tener en cuenta. Las carnes de ave, conejo, cordero y cerdo deben quedar siempre en un punto de cocción algo pasado ya que así evitamos que cualquier bacteria pueda afectar a nuestra salud, en cuanto que las carnes de ternera o caza si se pueden consumir algo menos hechas, aunque no sea esto una regla de obligado cumplimiento.
Sobre las distintas preparaciones que podemos dar a la carne, nos vale casi cualquier técnica culinaria, ya que desde la carne cocida en crudo (adobada o marinada) hasta la clásica preparación al horno, se pueden elaborar en guisos, a la parrilla, en salsa, como rellenos de empanadas, empanadillas, acompañando arroces o pasta, o en distintos tipos de conserva (en aceite o manteca) para un consumo posterior.
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Pierna de cerdo al horno (pendiente de publicación) |
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