En esta receta trato de hacer mas fácil la elaboración del clásico y tradicional potaje de garbanzos con bacalao (en mi blog
Potaje de Vigilia), del que ya hice una versión muy veraniega en la entrada
Potajes de Verano y también en la que titulaba
Salteado de garbanzos. La de hoy tiene la particularidad y es que podemos tomarla en caliente o en frío, lo que la hace mas versátil y por lo tanto que podemos preparar con antelación o llevarla a alguna excursión familiar.
Toda la receta la podemos elaborar en un solo recipiente y si usamos garbanzos pre-cocidos en conserva y espinacas congeladas, se elabora en apenas media hora, sin ninguna técnica dificultosa y sin ingredientes que precisen de mucha preparación previa.
Como indicaba, podemos usar garbanzos pre-cocidos en conserva o congelados, en el caso de los primeros yo recomiendo enjuagarlos bien bajo el grifo de agua fría para quitarles todo el caldo de la conserva y en el segundo caso, darles un toque de hervor en el agua del escaldado del bacalao.
Las espinacas es preferible añadirlas frescas, ya que es una verdura que apenas requiere de cocción y que podemos encontrar en bolsas ya lavada y lista para su consumo; si lo hacéis así, tened en cuenta que su composición es mayoritariamente agua y perderá mucho volumen en su cocinado, por lo tanto aunque os parezca mucha cantidad, añadir toda una bolsa, porque después reducirá mucho su tamaño.
Con el bacalao pasa igual que con los anteriores ingredientes, si lo compráis congelado, lo podéis encontrar en lomos libres de espinas y ya viene desalado, por lo que os ahorrareis el proceso de desalado en casa, que tan laborioso puede resultar; para aquellos que os guste o que queráis probar a hacerlo os doy unas sencillas pautas:
Hay que cortarlo en trozos regulares (si os lo hacen en la tienda mejor) y sumergirlos primeramente en agua durante unas dos horas para que suelten la primera capa de sal, a continuación hay que hacerle al menos tres ciclos de ocho horas con el mismo procedimiento, cambiando el agua cada vez y limpiando los restos de sal del recipiente. A continuación limpiamos los restos de sal de los trozos bajo el grifo de agua fría.
Como veréis todo un proceso largo y laborioso, que podemos ahorrarnos comprándolo ya desalado o "al punto de sal" como suele venir etiquetado.
Y para finalizar, y como indicaba al principio, esta es una receta que podemos tomar tanto en frío como en caliente, ademas si reservamos un poco del caldo del escaldado del bacalao (ver receta), podremos servirlo como el tradicional potaje, en este caso añadir ese caldo al final de la elaboración para que se caliente todo junto durante unos minutos.
INGREDIENTES
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500 gr de espinacas
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Zumo de limón
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400 gr de garbanzos remojados
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Sal, pimienta y comino molidos.
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300 gr de bacalao desalado
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Aceite de oliva virgen
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1 cebolla grande
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1/2 pimiento verde y rojo
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2 dientes de ajo
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4 huevos
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ELABORACIÓN:
En primer lugar escaldamos el bacalao en abundante agua hirviendo
durante un par de minutos y reservamos el caldo.
Sofreímos los ajos laminados y añadimos la cebolla y los
pimientos cortados en daditos pequeños.
Dejamos pochar durante unos 10 minutos y agregamos las
espinacas, saltemos cinco minutos mas.
Al añadir las espinacas, salpimentamos y agregamos el
laurel, comino y zumo de limón.
Cuando estén listos añadimos los garbanzos cocidos y un poco
de caldo del escaldado, dejamos que reduzca.
Cuando ya este el guiso casi seco, añadimos el bacalao
desmigado, tapamos y dejamos unos minutos sobre la placa ya apagada, si es en cocina de gas dejar con el fuego al
mínimo unos tres minutos.
Servimos con huevo duro en rodajas o en cuartos y podemos
añadirle unos picatostes fritos.
Se puede tomar tanto en frío como en caliente.
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